Proyectos

SEMILLAS .--

  1. Proceso de planificación espacial.
  2. Análisis de la misión espacial.
  3. Proyecto Zeroe.
  4. Proyecto Zero Debris.
  5. Minería espacial.
  6. Minería lunar.
  7. Meteoritos y rocas de impacto.
  8. Meteoritos.

1. Proceso de planificación espacial

El proceso de planificación de las misiones espaciales incluye varias fases, desde el lanzamiento, hasta la operación en órbita y el retorno de datos científicos. Las operaciones implican la verificación y validación en órbita, el monitoreo y control de la nave espacial, la gestión de la carga útil o el procesamiento y distribución de datos, entre otros. Hay que garantizar la seguridad de la nave, así como la correcta implementación y mantenimiento de la trayectoria. La planificación tiene que considerar posibles contratiempos, asegurando una reacción rápida ante eventos anómalos para minimizar su impacto. Existen herramientas avanzadas como el Sistema de Planificación de Misión (MPS) que facilitan la preparación de estas misiones, utilizado especialmente por las Fuerzas Aéreas.

2. Análisis de la misión espacial

El análisis y diseño de misiones espaciales es un proceso sistemático que comienza con la definición de uno o más objetivos y varias limitaciones generales. El desarrollo de estas misiones comienza con una primera fase de análisis de misión (fase 0), seguida por fases de viabilidad del proyecto (fase A), definición preliminar y definitiva del proyecto (fases B y C), con un estudio detallado de los requerimientos técnicos de la misión, así como por fases posteriores de producción y cualificación (fase D), y fases finales de lanzamiento, operaciones y fin de vida de la misión (fases E y F). Dado que el espacio es caro, el coste se convierte en una limitación fundamental para la mayoría de las misiones espaciales. El análisis y diseño de misiones es iterativo, refinando progresivamente tanto los requisitos como los métodos para alcanzar los objetivos. Su propósito principal es aumentar la probabilidad de éxito, disminuir los riesgos y reducir el coste total del proyecto.

3. Proyecto Zeroe

El futuro de la aviación se encamina hacia la sostenibilidad ambiental con el uso de hidrógeno verde en aviones de cero emisiones, según indicaciones de Luis Guerra, Director de Airbus Space España. Esta iniciativa busca reducir la dependencia de combustibles fósiles y mitigar el impacto ambiental de la industria aeroespacial. Sin embargo, el desafío principal es la creación de una infraestructura global para distribuir hidrógeno en aeropuertos de todo el mundo. Airbus está colaborando con aerolíneas y autoridades aeroportuarias para desarrollar esta infraestructura, incluyendo la adaptación del transporte terrestre asociado a los aeropuertos. Se plantea reutilizar la infraestructuras existentes, como redes de gas natural, para transportar hidrógeno de manera rentable. Este enfoque progresivo allanará el camino hacia una aviación más limpia y sostenible en la próxima década, abriendo nuevas posibilidades para la movilidad aérea sin emisiones.

4. Proyecto Zero Debris

El 28 de julio de 2023, Aeolus, un satélite meteorológico operado por la Agencia Espacial Europea (ESA) y construido por Airbus, completó su misión y se desintegró al reingresar a la atmósfera terrestre. Este evento, liderado por Airbus, marca un hito en la historia espacial, siendo la primera reentrada asistida. El proceso comenzó en 2021 cuando los equipos de Airbus colaboraron con la ESA para definir y ejecutar este procedimiento innovador. La estrategia implicaba superar desafíos técnicos, como adaptar la trayectoria de reingreso de Aeolus para garantizar un aterrizaje seguro. A pesar de las limitaciones de diseño y misión del satélite, Airbus logró definir una ruta alternativa que permitió una entrada segura en la atmósfera, minimizando los riesgos para las poblaciones y el medio ambiente.

5. Minería espacial

La minería espacial representa una perspectiva prometedora en la búsqueda de recursos minerales esenciales. Los asteroides, ricos en metales preciosos como platino, níquel, cobre, oro y cobalto, se erigen como objetivos primordiales debido a su abundancia y potencial para abastecer la demanda humana durante milenios. Esta exploración no solo se limita a asteroides, sino que también contempla la Luna y Marte como fuentes de recursos. Con la población mundial en constante aumento y los recursos naturales terrestres menguando rápidamente, la minería espacial emerge como una solución a largo plazo para satisfacer las necesidades de la industria global. La minería espacial resulta en una nueva vía para mitigar la escasez de materiales y garantizar el desarrollo sostenible de la humanidad en un contexto de crecimiento poblacional exponencial.

6. Minería lunar

La Luna, en particular, se destaca por sus ricas reservas de titanio, hierro y aluminio, que están cerca de agotarse en nuestro planeta. Además, el isótopo helio-3, encontrado en abundancia lunar, representa un combustible no contaminante ideal para futuras plantas de fusión nuclear. Esta perspectiva motiva a empresas privadas, más allá de agencias como la NASA o la ESA, a considerar la colonización lunar como una inversión estratégica, abriendo así caminos a nuevos descubrimientos y respuestas a preguntas aún no formuladas.

7. Meteoritos y rocas de impacto

Los cráteres de impacto terrestres se clasifican en simples y complejos, variando su complejidad con el diámetro. Estos se forman en varias etapas, comenzando por el contacto y posterior compresión, donde la energía cinética del impactador se transforma en ondas de choque, seguidos por una etapa de excavación, que propaga estas ondas fracturando y desplazando material, creando un revestimiento de fusión y modificación, donde la gravedad y la mecánica de rocas estabilizan la estructura.
El potencial geológico de los cráteres se debe a su capacidad para albergar depósitos minerales. Ejemplo de ello es el cráter Sudbury en Canadá, con vastos depósitos de níquel. En total, 60 cráteres contienen recursos variados, desde minerales industriales hasta elementos preciosos como oro y diamantes, y recursos energéticos como hidrocarburos y carbón. Cabe destacar la relevancia económica y científica de la exploración geológica y minera en los cráteres.

8. Meteoritos

Un meteorito es un fragmento de un cuerpo celeste que impacta sobre la superficie de la Tierra u otros cuerpos celestes. Cuando los meteoritos entran en la atmósfera, la fricción con el aire comienza a calentar la roca, produciéndose el fenómeno lumínico conocido como meteoros o estrellas fugaces. Este calentamiento conduce a la fusión de la roca, de modo que sólo las rocas más grandes consiguen alcanzar la superficie terrestre, formando cráteres de impacto. Estos cráteres nos ayudan a comprender la escala de riesgo frente a futuros posibles impactos, así como a comprender el proceso de formación de nuestro planeta o del sistema solar y a localizar recursos (tanto en la Tierra como fuera de ella). Se clasifican en simples y complejos, en función de su diámetro. Se forman en varias etapas, comenzando con el contacto y posterior compresión, donde la energía cinética del meteorito se transforma en energía mecánica en forma de ondas de choque que se que propagan fracturando y desplazando el sustrato donde ha impactado, creando una nueva estructura material.
El potencial geológico de los cráteres se debe a su capacidad para albergar depósitos minerales.
Los cráteres de impacto han desempeñado un papel crucial en la exploración geofísica de petróleo, gas, carbón, elementos de tierras raras, cobre, níquel, bario, zinc, hierro, plata, oro, platino y agua. Por ejemplo, el cráter Sudbury (Ontario, CA) es una de las principales fuentes actuales de Ni del planeta. El cráter Barringer se formó por el impacto de un pequeño asteroide, cuyos restos se conocen como meteorito Canyon Diablo, un meteorito de Fe y Ni (Tipo IAB-MG).